Ven que el gran bosque
es nuestro templo…
ahí rezo a Dios y le agradezco,
flota un santo perfume a selva
y a un profundo amor…
ven que el alba llega
a calentar nuestro nido,
la encina alta y soberbia
discute por la enredadera
y por las flores de la primavera.
Bello tiempo es este
donde surca con sus aromas
el viento de sur a norte
y se oculta en el espeso monte.
Miro en tus ojos reflejados los
míos
y un leve temblor en mis labios
me dice quiero besarlos...
al viento tu pelo suelto
como el trigo dorado,
esparce tu cabellera
y el sol la baña en oro
como un rico tesoro.
Amada mía…
quiero apretar esas manos
echas en fina seda blanca…
ven y ríe con delicia,
ríe en cada caricia,
ven y que no sea en vano
mi canto en lo alto de la
barranca…
SHANIA LYNNE
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