Los arroyos murmuran
caminando colina abajo,
parece que cantan, parece que
lloran
y no les cuesta trabajo
llegar hasta el mar
donde yo quiero volver a remar.
Canta el jilguero bajo la frondosa
arboleda,
sus trinos me remontan a
tiempos lejanos y tardíos
me gusta escuchar esos dulces
cantos
meciéndome en una hamaca
y mirando a lo lejos si viene
por la vereda
muy cerca de los plantíos
siento el aletear de los vientos…
Estuve así contemplando,
comprendí que mi dicha es plena,
que tengo una gran riqueza
rodeada de tanta belleza,
que lo que Dios me regaló
es fortuna muy grandiosa
y que agradecer se me olvidó…
SHANIA LYNNE
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