por lo bondadoso que has sido conmigo,
me has dado tantas cosas sin poder merecer
aunque a veces haya sido injusta contigo.
Me has regalado un inmenso cielo azul,
con sus nubes de algodón aterciopeladas
que visten los hermosos paisajes de tul
y esas tardes grises por ellas pobladas.
Me diste mañanas y puestas de sol
y con su calor me diste gran cobijo,
le cambiaste el gris a todo mi arrebol
porque soy de ti, porque soy tu hijo.
Me has dado la lluvia cantarina
que baja alegremente por el rojo tejado
los domingos cuando presurosa voy a la doctrina,
sin importar mucho que me haya mojado.
Me regalaste el río y también el arroyo
que con sus cascadas alegran la tierra,
me diste el trueno que acompaña al rayo
y la algarabía que habita en la sierra.
Me diste las aves fieles cantadoras
que hacen sinfonías con su dulce canto
en mis mañanas calidas y bellas auroras,
me diste alegrías y me diste llanto.
Me has dado la noche plagada de estrellas,
una hermosa luna entre todas ellas
que me hacen soñar con cosas muy bellas
y mis madrugadas corren cual centellas.
Me diste los mares, los lagos, los valles,
montañas nevadas y mil animales,
caminé descalza por sendas y calles
y también viví en los arrabales.
Me diste el mar profundo poblado de peces
y las olas bravas cubiertas de espuma
pero te recuerdo que tengo miedo a veces
porque poco a poco mi vida se esfuma.
Por todo lo que me has dado las gracias te doy,
no tengo nada con que poder pagarte
y si de repente de aquí ya me voy
que en tu seno me acojas yo quiero rogarte.
SHANIA LYNN
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