La semilla que germina
dando vida a un nuevo ser,
sembrada en tierra muy fértil
es nuestra madre divina,
la que me ha visto crecer.
Tú que me diste la vida
y cuidaste en mis años mozos,
la que velaba mis sueños…
eres la madre sufrida,
la que reza entre sollozos.
Entre lágrimas te vi
sentada junto a mi cama,
con el rosario en la mano
y el gran amor que sentí
en ese corazón que me ama.
Hoy han pasado los años
y yo seguí mi camino,
tú te has quedado en casa
sufriendo penas y daños
y rezando por mi hermano.
El amor de una madre
es sin duda un amor sin par,
que te impulsa y siempre lucha
por volverte a levantar
apoyada en el amor de un padre.
No tengo con que pagarte
por toda esa bondad,
no tengo nada que darte
si vivo de caridad
lo que si te aseguro
es que siempre te voy a amar.
SHANIA LYNNE
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