y cada pétalo caiga marchito en la
alfombra,
que mi encanto no te sea indiferente
y que toda su belleza no perezca en la
sombra.
Desnudemos las pasiones
y que la carne nos grite,
que febriles tentaciones
dentro del vientre se agiten.
Desnuda el alma y el cuerpo del deseo,
no permitas que la pasión nos domine,
hagamos un delicioso paseo
antes que el amor y el deseo termine.
Dejemos que caigan las prendas
como si fueran manzanas maduras,
déjame elevarte a las alturas
y del deseo aún no te desprendas.
Mis pechos son ese dulce manantial
que espera a ser succionado,
es la mejor obra celestial
que el señor un día hubo creado.
Desnúdame pero despacio
y que todo se haga en silencio,
las ganas me están consumiendo
y mis fluidos vertiendo...
SHANIA LYNNE
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