Se le murió entre los brazos
mientras sus labios besaba,
fundidos en un abrazo
le dijo cuanto la amaba.
Bebió su último aliento
en una suave caricia
y se borró su sonrisa
por ese cruel sufrimiento.
Lloró y lloró como un niño
sin tener ningún consuelo
y sentado ahí en el suelo,
lloró por lo mas amado.
La mujer que tanto amó
ya para siempre se ha ido,
el señor a su lado la llamó
y por eso el ha sufrido.
Lo dejó con grande pena
y aún tiene las cicatrices,
hondas fueron sus raíces
porque fueron muy felices.
SHANIA LYNN
Estremecedor poema,con la belleza de esas rimas consonantes, que le dan vida y ritmo.
ResponderEliminarun abrazo
Veronica
Tesoro, agradezco tu comentario, muchas gracias también por tu visita
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