La lluvia caía ligera sobre la seca hojarasca
y el sonar de las pisadas rugían en el empedrado,
caminaba el cortejo cuando arrecia la borrasca
con el féretro a cuestas llevándolo casi empinado.
Los sollozos de la gente estrujan mi corazón
y una lágrima furtiva va cruzando mis mejillas,
un nudo en la garganta no me permite ni hablar
porque aún no lo entiendo como nos pudo pasar.
La tumba fría ya espera a ese cuerpo inerte,
huele a tierra mojada y está muy bien removida
mientras que la tormenta se va haciendo mas fuerte
y se despiden los dolientes de ese cuerpo ya sin vida.
Detrás de estas lágrimas que casi no me dejan ver,
siento un dolor profundo que ya no puedo esconder,
me duele verle partir y eso me traspasa el alma,
ya no he de tener sosiego, ni paz ni tampoco calma.
Sangra mi corazón por esa herida profunda,
tal vez un día sanará y quedarán cicatrices,
aunque cada día mas en la tristeza me hunda
mi vida ya no tendrá tan diferentes matices.
SHANIA LYNN
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