Bajo el espurio juramento que me hiciste
se escondía la mentira mas terrible,
cuando al fin mis temores tu venciste
me encontré con la historia mas horrible.
Tu vida siempre fue una mentira
y conmigo bien jugaste a ser un santo,
todo eso hoy me llena de gran ira
y mi rostro se ha cubierto por el llanto.
Mi rostro esquivo y taciturno
estaba sumergido en su estadía
cual efigie esculpida en el horno,
en la primera hora del día.
Evidente el cansancio se denota
reflejado en la vista ya cansada,
un lamento deja ver en la derrota
para expiar la experiencia inesperada.
La palabra empeñada fue tan vana
que de fructífera nada dio a relucir
y desde el portal, en la ventana
tus ojos no pudieron ya fingir.
Solo fue un intento ya fallido
por alcanzar las glorias febriles
que del deseo solo se oye el estallido
dejando al descubierto otros abriles.
SHANIA LYNN
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