Cuatro lágrimas

Rodaron por tus mejillas cuatro lágrimas candentes,

indolentes a tu dolor las cuatro así corrieron

y muy dentro se callaron del corazón los lamentos…

detrás de tus bellas pupilas se escondieron

por tus deseos de que volviera fervientes.

Cuatro lágrimas brotaron de esos hermosos ojos,

y de esos labios rojos se escaparon los suspiros

se agitaron los respiros al sentir sus dulces besos

quedándose de ellos presos

de esos labios divinos.

Esas mejillas rosadas del color del terciopelo,

las cuidan con tanto celo

hasta que las seca el viento frío del invierno

y pasan por el infierno

al caer de su faz el velo.

Cuatro lágrimas bastaron para llenarse los mares

y la corona de blancos azahares

nunca posó en sus cabellos,

ni la luna sus destellos

regaló en sus quimeras.

Cuatro lágrimas vertidas y el viento evaporaba,

derramó porque lo amaba,

porque lo sentía perdido

cuando por ella el no esperaba

y no podía sentirse a ese cuerpo fundido.

Los dos habían llorados y desgarrado el alma

cuando perdían la calma,

cuatro lágrimas cayeron de esas mejillas

y un corazón desangrado

de tanto…de tanto que habían llorado…

SHANIA LYNNE