viernes, 12 de febrero de 2010

Tu carta

Tu carta me dio la vida, en mi esperanza perdida,
me dio la ilusión de verte conmigo comprometida
la pasión que he de entregarte.
Tu carta me dio la fe, esa que había perdido,
ya no le rezaba al Cristo pensando que te perdía,
pero tu carta me dio las fuerzas para esperarte,
para seguirte adorando desde mi corazón maltratado y
que por ti olvidado se sentía en las penumbras,
en la soledad y las sombras.
Pero hoy que me has escrito me has dado tranquilidad,
ya no estoy en la orfandad porque de mi tu te apiadas y
me juras y me lloras diciendo que de tu vida soy pieza
fundamental, que no vives ni respiras sin no es por este
amor y que perdone el dolor que sin querer me causaste
pero que este largo viaje llegará a su final y pronto
navegaremos los dos en ese velero y cuando salga
el lucero descansaré entre tus brazos,
acariciando mi pelo veremos el amanecer y
llenos de gran placer veremos salir el sol
trayendo la dicha plena que nunca seré ajena,
que seré tan solo tuya y que del celo la puya ya no la
voy a sentir porque hoy dejo de sufrir al recibir esta
dicha de saber que ya vendrás y que conmigo estarás
hasta que Dios nos separe pero que mientras ampare
este amor con su cobijo.

Tu carta me hizo llorar porque ya no la esperaba,
había pasado un siglo desde la última vez
que habías venido a esta casa y hoy te veo llegar
parada en la terraza para volverte a amar
sin mentiras y sin engaños tan solo te quiero dar mil
besos en esa boca que tanto quise besar.

SHANIA LYNN

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