parada viendo la inmensidad del mar,
elevo mi voz en la soledad
y solo el eco de mi voz me ha contestado
que aún puedo lograr volver a amar…
Una dulce voz llega hasta mis oídos
cargando de energía mis ganas por la vida,
desnudas mis palabras afloran en mi boca
y una brisa suave a mi cuerpo toca
despertando del letargo a todos mis sentidos.
Es el eco de mi voz que grita mis silencios
llegando a mi de vuelta en repetidas ocasiones,
haciendo recuerdos de mis viejas pasiones
y de mis emociones los bellos espacios
que han de alimentar a mis lejanos ocasos.
Voz dulce que de mi pecho brota
como calido vuelo de infatigable gaviota,
como viento suave del otoño que llega
después de que ha pasado época veraniega
y de sus dulces notas se despliega el violeta…
El eco de mi voz responde mis preguntas,
el sabe donde estás y evoca tu nombre,
nombre con olor a gardenias perfumadas,
con olor a magnolias, lirios y margaritas,
develando el significado cuando el mío gritas.
SHANIA LYNNE
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