Mis montañas se tiñeron de blanco,
eran tan solo dos campos nevados,
estaban
cubiertas por el frío intenso
porque por
nadie fueron abrazados.
Ya se
veía venir la tempestad
cuando
llegaste tu y me tomaste,
con
cuanto amor tu me besaste
derritiendo
el frío de mi soledad.
El
trueno ruge en la tormenta
ocultando
tras de si a mi gemido
que al
tuyo con fuerza se ha unido
en cada
caricia que el deseo inventa.
La nieve
deshace nuestro calor
al
contacto de nuestras manos
y en
cada beso lleno de ardor
se
yerguen los pezones en mis senos.
A mis
campos antes nevados
los
besos y caricias los derriten,
a
blancas montañas son elevados
cuando
con la respiración así se agiten.
Bajan
ríos cristalinos por los poros
y los
sudores empapan nuestras pieles
mostrando
al crepúsculo sus oros,
dibujados
los dos cuerpos con pinceles.
Campos
nevados orodados de sudores,
erguidos
en total toda su efigie,
calor
intenso que se sube a la cabeza
cuando
con ardor mis labios besa.
El
éxtasis en los rostros se dibuja
cuando
con pasión mi cuerpo estruja
y bebe
el néctar de mis campos nevados
con
besos cada vez mas apasionados…
SHANIA
LYNNE
No hay comentarios:
Publicar un comentario