que ya
no están conmigo,
que ya
no tengo su luz ni su abrigo
y que mi
alma no deja de penar.
No se
que hacer para su perdón alcanzar
si mis
tristes palabras ya no escuchan,
si en
mis sueños pudiera su perdón escuchar
y mis
ruegos por salirse del pecho luchan.
En mi
espalda llevo una pesada cruz
que no
puedo con ella y me derrumba
al no
tener su abrigo, al no tener su luz,
ustedes
se la llevaron a su fría tumba.
Ya no
tengo lágrimas en mis ojos,
secos se
han quedado de tanto llorar
y
tiemblan de dolor mis labios rojos
al su
dulce nombre pronunciar.
La cruz
del olvido yo no la tengo
porque
en tierras lejanas se quedaron,
a
visitar su tumba casi no vengo
y no se
si en realidad me perdonaron.
SHANIA
LYNNE
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