Se hizo la luz, la noche ha pasado,
la inmovilidad de los cipreses
y las hojas se quedan quietas…
el sol se asoma a veces.
El día sigue tan azul
hasta llegar la noche oscura
y en el río se asoma la luna reluciente,
todo se llena de hermosura
porque su llegada es elocuente.
Sombras y quietud hay en las ramas,
las hojas no se mueven con el viento.
Cuando bien a Dios amas
con ese hermoso y puro sentimiento.
Desde mis sueños veo la ternura
con que unos ojos me observan,
sus pupilas se dilatan
y se alejan con premura
temiendo que si hablan me despiertan.
La quietud de mi habitación
sigue ahí de mi pendiente
y sin mas dilación
mis sueños derrite
con una dulce y tierna ensoñación.
SHANIA LYNNE
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