No había nadie en aquella casa,
el repiquetear del teléfono sonaba y sonaba
pero nadie había, nadie contestaba,
solo el silencio que en ella moraba.
Un moñito negro había en la puerta,
lo que no sabía que ya estaba muerta
y en una tumba desolada y fría
una niña desconsolada lloraba y gemía.
Con cuando dolor llegué y la abracé
y con tanto amor la consolé,
por esa alma pura lloré y recé
pero nunca supe ni como llegué.
Fue en este invierno cuando nos dejó,
cuando su alma blanca al cielo voló
y me duele tanto saber que ya no está,
que a estar con Dios ella ahora va.
Como me ha dolido ver a esa niña_mujer,
verla abatida en esa gran pena,
al ver que a su madre hoy pudo perder
yo me veo así en la misma escena.
SHANIA LYNNE
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