Hoy no me atormenta la nostalgia ni me mata la soledad, hoy no hay pesar ni melancolía tampoco tristeza, solo un inmenso silencio que a veces duele mas que todo eso, hoy quiero plasmar estas letras que en otros tiempos hubieran estado húmedas por las lagrimas vertidas por esta enorme pena de estar sin ti y que embarga a mi corazón por no haber logrado mi objetivo de entrar en el tuyo y ahí quedarme prendida con mi esencia y presencia, hoy quiero recordar solo los momentos bellos que vivimos, los instantes donde se detenía el tiempo por el solo hecho de estar juntos, cuando bastaba con vernos a los ojos y sobraban las palabras, cuando con el solo hecho de tomarnos de las manos nos sudaban y la piel se erizaba, donde un ligero temblor apenas perceptible se notaba en nuestros labios entreabiertos en espera de ser tocados por una boca sedienta, hambrienta de esos besos dulces y de esos perfumados y tibios cuerpos.
Como no recordar aquellos días cuando en la primavera aspirábamos el perfume de las rosas en el jardín, de los nardos y los tulipanes, los azahares del limonero embriagaban nuestros sentidos con ese olor tan penetrante y especial, cuando bajo la sombra del roble tendidos en una hamaca sentíamos la caricia del viento, cuando jugaba con nuestras melenas alborotadas, el rumor de las hojas y uno que otro trino de los pájaros que por las tardes revoloteaban con gran alborozo entre el follaje de la alondra y picoteaban la fruta fresca de la higuera.
Hay buenos y malos tiempos, buenos y malos momentos, unos felices y otros tristes, estos últimos son los que mas recuerdo, los buenos como no duelen a veces pasan desapercibidos al sentimiento y a la memoria.
Quiero recordar aquellos en los que mis sueños se entretejían agazapados en el silencio y en la oscuridad de la noche, unas tibias y otras frías, donde abrazada a tu recuerdo laceraba mi mente tratando de adivinar lo que estarías haciendo en los momentos en los que a mi lado no estabas y que el no tener noticias mataba mis ganas y mi fe a la vida, quiero recordarme tendida sobre la hierba fresca y abrazada a tu cuerpo, suspendida en el letargo embriagante de tu aroma que penetra por cada poro de mi piel, aspirar la delicia de ese olor fino y delirante que me transforma y me trastorna, que me hace sentir sangre nueva correr desbocada por mis venas.
Hoy estoy tranquila y así quiero ir por la vida, sin angustias ni penurias, sin dolor y sin sabores, solo llevando a cuestas el baúl de mis recuerdos.
SHANIA LYNN
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