Entró la penumbra en la habitación,
las velas esparcen su cálido aroma
y la música fresca en cada rincón
se deja escuchar en suaves acordes,
las sabanas blancas tiñen en sus bordes
la delgada silueta marcada en el lecho
y el corazón se sale saltando del pecho
cortando de pronto la respiración
al dejarse escuchar una vieja canción.
Se enchina la piel y se encoje el alma
por qué no penetra ya por esa puerta
la espera es eterna, se pierde la calma
y el cuerpo arde en deseos reprimidos,
ya quiero escuchar sus suaves gemidos
cuando entre los brazos estemos cautivos
gimiendo y llorando en la entrega plena,
dando ya comienzo por fin a la escena.
Llegó presurosa llena de ternura
y a la habitación entró con premura,
jadeante a mi boca por fin se prendió
y un beso suave en ella me dio
tan lleno de amor que me hizo sentir
envolver el deseo y hasta gemir,
en esos brazos suaves, delicados
y por tanto tiempo los mas añorados.
Me quitó la ropa, yo rompí la suya
y con gran ternura la tomé del pelo,
dejamos el lecho, rodamos al suelo
con esa lujuria que sale del cuerpo,
por su enredadera poco a poco trepo
hasta llegar a la ansiada cima
y ella en mi vientre se posa encima,
no hay aguijón ni se siente puya.
Sus senos erectos, su boca rosada
y esos pezones que bien saboreo,
son una delicia, son sagrada fruta
la que ella me ofrece a mi cuerpo atada
y no hay miedo alguno, ni un devaneo,
camina segura por la misma ruta
por donde la llevo en cada jadeo,
en cada gemido y en cada suspiro.
Su sudor me baña y el mío la besa
y baja de prisa por toda su piel,
toca con sus manos mis desnudos muslos,
mi espalda sedienta con sus manos tiernas,
recorre mi dorso y también mis piernas,
bebe de mi néctar y yo de sus jugos
y me emborracho con ese licor
dándole mi vida y todo mi amor
en esa entrega llena de ternura
donde no hay lugar para una aventura.
SHANIA LYNNE
ya quiero escuchar sus suaves gemidos
cuando entre los brazos estemos cautivos
gimiendo y llorando en la entrega plena,
dando ya comienzo por fin a la escena.
Llegó presurosa llena de ternura
y a la habitación entró con premura,
jadeante a mi boca por fin se prendió
y un beso suave en ella me dio
tan lleno de amor que me hizo sentir
envolver el deseo y hasta gemir,
en esos brazos suaves, delicados
y por tanto tiempo los mas añorados.
Me quitó la ropa, yo rompí la suya
y con gran ternura la tomé del pelo,
dejamos el lecho, rodamos al suelo
con esa lujuria que sale del cuerpo,
por su enredadera poco a poco trepo
hasta llegar a la ansiada cima
y ella en mi vientre se posa encima,
no hay aguijón ni se siente puya.
Sus senos erectos, su boca rosada
y esos pezones que bien saboreo,
son una delicia, son sagrada fruta
la que ella me ofrece a mi cuerpo atada
y no hay miedo alguno, ni un devaneo,
camina segura por la misma ruta
por donde la llevo en cada jadeo,
en cada gemido y en cada suspiro.
Su sudor me baña y el mío la besa
y baja de prisa por toda su piel,
toca con sus manos mis desnudos muslos,
mi espalda sedienta con sus manos tiernas,
recorre mi dorso y también mis piernas,
bebe de mi néctar y yo de sus jugos
y me emborracho con ese licor
dándole mi vida y todo mi amor
en esa entrega llena de ternura
donde no hay lugar para una aventura.
SHANIA LYNNE
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