Les escribí tantas cartas que por miedo nunca
envié, el temor era al rechazo, a que me negaran su abrazo...
que rechazaran mi beso o a no estar en su
regazo.
Años y años pasaron y me fui envejeciendo,
lejos muy lejos de ustedes y del techo que me diera comida y también cobijo le
rezaba al crucifijo porque un día a mi volvieran, soñaba con abrazarlas, con
tenerlas junto a mi, contarles de mis tristezas porque logros no hubo muchos
pero así soy muy feliz.
Pensaba en el rencuentro y como nos
sentiríamos, el algarabío que armaríamos al ir cada una arribando, porque de
eso no hay duda que nos seguimos amando.
Ése sueño me alentaba a pesar de mis penurias
y si de a poco flaqueaba ustedes con su recuerdo me alentaban a seguir adelante
y del suelo levantarme.
A veces quise volar pero con mis alas rotas
no levantaba el vuelo y cuando estuve de duelo algunas me consolaron, conmigo
hasta lloraron y eso nunca se olvida.
Hoy de nuevo las siento por mucho cerca de mí,
el verlas, el abrazarlas, el oír sus carcajadas me llena de alegría y con esa
algarabía siempre las recordaré y dentro del corazón por siempre las llevaré.
Ojalá que nunca cambien ni olviden de dónde
venimos y si muy bien les ha ido sigamos siendo humildes al cabo que la riqueza
es la que se lleva en el alma,
así se vive en calma si del amor se da todo ése
si que será un gran logro y yo en particular me siento muy complacida de contar
con su cariño y a su vida estar unida.
Le doy gracias a Dios de que el me las
conserve con vida y con salud y las que ya se nos fueron las tenga a su costado
porque estoy segura que nadie a ellas las ha olvidado.
El verlas me dio la fe esa que estaba
perdiendo, la fuerza para volver a sentirme que estoy viva, ahora puedo decir
que ya no soy esa misma hoy me siento renovada, con ganas de seguir en la lucha
y eso bien se valora porque con todas ustedes siento que no falta nada.
Con ansias ya las espero en el siguiente reencuentro, tal vez Dios nos
lo permita
y volvamos a abrazarnos, a vernos con esa
alegría, ese sueño realizarlo
y si para algunas es reto habrá que
reconquistarlo.
Ya no las quiero aburrir pero si me gustaría
que contáramos las cuitas para poder escribir un libro con nuestra historia y
para eso no hay 2 propongo a Martha Días que se las sabe de todas, todas y con ese don que tiene
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