En la noche oscura tu recuerdo emerge
y el mar anuda al río mi lamento,
cuando del pecho brota un suspiro
en el corazón el sentir converge,
llega la dicha y termina el tormento.
Esperando
en el muelle al alba
pues
llegaba la hora de la partida,
sin voltear
a tras nos despedimos,
todo estaba
en paz y en densa calma
pero me sentía
triste y perdida.
Las corolas
muriendo tristemente
la fría
brisa a ellas adherida,
tal vez era
el frío de la partida
o de un
lamento tan vehemente
intentando
cerrar la honda herida.
Sellando el
adiós con dulce beso
y mi
corazón seguía preso
de ese
sentimiento hermoso y puro,
la melodía
de la despedida entonamos
jurando por
última vez que nos amamos.
Te fuiste
así y ese silencio se rompió
por los sollozos
fue interrumpido
y mi alma
tristemente atormentada
entonó una canción
desesperada...
SHANIA
LYNNE
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