jueves, 20 de agosto de 2009

Un puño de tierra

mujer llorando
Las gargantas destrozadas,
los ojos enrojecidos,
los llantos tan lastimeros,
el féretro por las calzadas
y los corazones retorcidos.

En silencio va el cortejo,
entre ellos voy caminando,
siento un dolor profundo
y viéndome en ese espejo,
yo también estoy llorando.

Me ha dolido su partida
y nada hoy me consuela,
por el amigo perdido
se me ha abierto una herida
y hace que mucho duela.

Los lamentos de la gente
se oyen a mi alrededor,
lloran implorando a Dios,
se abrazan en su dolor,
cuando le dicen adiós.

Con un puñado de tierra
le di mi ultimo adiós,
sintiendo mi alma en pena,
del cielo el va en pos
y a mi el pecho me cercena.

Las lagrimas me cegaban,
los suspiros cortados
mis dolores acallaban,
consumida en el dolor
y mis sentimientos atados.

Agustín Peralta es tu nombre
y siempre serás recordado,
por tu cariño y bondad,
hoy te encuentras en la cumbre
y de Dios vas al costado.

Serás el lucero luminoso
que alumbrara los caminos,
de su esposa y de algún hijo,
pues supo ser buen esposo
y a todos nos dio cobijo.

Adiós amigo y hermano,
de niña me protegías
al darme unas monedas,
cuando besaba tu mano
a mi padre tu suplías.

Te estoy muy agradecida
cuando al tío confundía
tu nunca me rechazaste
y si me viste vencida
de ese dolor me curaste.

Me siento de tu familia
aunque nunca lo haya sido
a todos los he querido
y si hoy estoy en vigilia
es que por ti he sufrido.

SHANIA LYNN


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