jueves, 20 de agosto de 2009

Con los pies descalzos

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Con los pies descalzos y la cara sucia
van brincando charcos, mojando sus ropas
un par de chiquillos en una aventura
que han emprendido por esa llanura.

Ya se va juntando esa palomilla
todos muy alegres van por la laguna,
cantando canciones corren por la orilla
lo mismo de día que con luz de luna.

Se van de paseo, se van a pescar,
en pantalones cortos, quieren descansar
y en sus espaldas llevan su mochila,
algunas canicas, también sus cometas
porque con el viento las harán volar
y cruzan veloces en sus bicicletas.

Otros van a pie alargando el paso
y si se retrasan los otros esperan,
ya por la tarde llegará el ocaso
y en sus tareas todos se esmeran.

En el horizonte se ve el arco iris
porque con el sol se hace transparente
y entre las nubes surge de repente
formando en el cielo sus siete colores.

Buscan mariposas poner en su red,
sapos y mayates para ir a jugar:
llevan en su ato algo que comer
y ya por la noche cansados volver.

Una aventura para compartir
entre cantos, juegos y también sus risas,
en esta mañana tendrán que partir
van por el sendero y caminan sin prisas.

Todos los chicuelos brincan por los charcos
y sus zapatos llevan en la mano,
con los pantalones hasta las rodillas
y sus pies descalzos
los acompañan algunas chiquillas.

Van tirando piedras con sus resorteras
a los pajaritos que vuelan ligeros
y en el lago los patos se bañan tranquilos
sacando sonrisas a esos chiquillos.

Con los pies descalzos y sus risas dulces,
brincan por los charcos, van bajo la lluvia,
caminan tranquilos, van junto a la vía
de regreso a casa fin de su aventura.

Entre todos ellos uno se dibuja,
lo vemos dentro de una gran burbuja,
es el niño aquel que llevamos dentro
el en nuestras vidas ha sido el centro
y toma figura de persona adulta
viniendo a mi mente como catapulta.

¡¡¡En ese chiquillo…!!! nos vemos tú y yo.

Y una nueva aventura está por comenzar.

Somos esos niños que ya son adultos
y que para amarse caminan muy juntos,
Entre la cañada y por las calzadas
nuestras manos juntas, siempre entrelazadas.

Como dos chiquillos brincamos los charcos
y nuestros zapatos, llevas en la mano,
con los pantalones hasta la rodilla
y los pies descalzos,
vemos el sol que entre nubes brilla.

SHANIA LYNNE

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